Frecuentemente escuchamos que realizar actividad física es una buena forma de mantener un estilo de vida saludable. Porque no solo aporta a tu salud física, sino también a la salud mental.
En el caso de la salud mental, sucede porque activa partes del cerebro que neutralizan el estrés mientras que mejoran tu salud cardiovascular.
Adicionalmente, la práctica frecuente de actividad física disminuirá en un 17% la probabilidad de padecer una enfermedad cardiovascular, este porcentaje aumenta en personas que sufren de depresión o ansiedad a un 22%.
¿Cómo podemos diferenciar la depresión del bajo estado de ánimo?
Entre las diferencias más sutiles están la degeneración de las funciones cognitivas, por ejemplo, pérdida de memoria o lentitud en responder. Estos aspectos pueden ser mejorados con mínimo, una hora de ejercicio intenso semanalmente.
Como bien sabemos, en el caso de la depresión, afecta la motivación de las personas, aquí entra en acción la ayuda profesional. Es la mejor manera para que poco a poco y con el apoyo y guía adecuados se logre un hábito consciente.
Pero, ¿A qué se debe que durante la pandemia haya aumentado el nivel de estrés?, resulta que la amígdala ansiosa es controlada por el neuropéptido y es la encargada de ponernos alerta en momentos de tensión o peligro y debido a la pandemia, algo nuevo y desconocido para el momento, se ocasionó una hiperalerta.
En general, el ejercicio frecuente aumenta nuestra energía, propicia un mejor sueño y afrontar el día a día con positividad.
Si sientes que necesitas apoyo, no dudes en contactar con nuestra MESA DE AYUDA, ellos te guiarán de la mejor manera, según la amplia experiencia profesional y humana con que contamos.