La zona lumbar o parte baja de la espalda, está conformada por cinco vértebras lumbares conocidas como L1-L5 y sostienen el mayor porcentaje del peso de la parte superior del cuerpo, y a su vez, es la zona donde más se presenta dolor lumbar.
Los discos intervertebrales son los espacios entre las vértebras y no son más que cartílago esponjoso, actuando como amortiguadores, protegiendo los huesos cada que el cuerpo está en movimiento.
Los responsables de mantener las vértebras lumbares en su posición son los ligamentos (bandas de tejido) y los tendones se encargan de conectar los músculos a la columna vertebral.
Esta parte del cuerpo se comunica con el cerebro gracias a la médula espinal, que comprende 31 pares de nervios enraizados, los cuales también controlan los movimientos del cuerpo.
¿Qué factores ocasionan el dolor lumbar?
El dolor lumbar suele ser de naturaleza mecánica y normalmente se relaciona con el desgaste de las articulaciones, huesos y discos de la columna vertebral debido al envejecimiento (espondilosis).
Algunas de las causas mecánicas del dolor lumbar, son:
- Esguinces y distensiones musculares: causantes del dolor lumbar más agudo. Los esguinces se dan por estiramientos excesivos o rompimiento de los ligamentos, mientras que las distensiones son desgarros en el tendón o músculo. Los dos pueden aparecer luego de levantar mucho peso o estirarse en exceso.
- Decadencia vertebral por desgaste del disco: sucede cuando los discos, que son elásticos, pierden su integridad mientras ocurre el proceso natural de envejecimiento. Una espalda saludable permite los distintos movimientos (flexionar, doblar, torcer…) de manera sencilla y sin molestias, pero en la medida en que estos discos se desgastan, pierden la posibilidad de amortiguar.
- Discos herniados o rotos: se da cuando los discos intervertebrales se comprimen hasta salirse de su lugar (hernia discal), también se pueden romper dando lugar al dolor lumbar.
- Radiculopatía: es cuando la raíz del nervio de la médula se comprime, inflama o lesiona.
- Ciática: sucede por la compresión del nervio ciático el cual pasa por las nalgas, extendiéndose hasta la parte trasera de la pierna. Este dolor también lo puede causar un tumor o quiste que presiona este nervio ciático o sus raíces.
- Lesión traumática: se presenta durante accidentes en automóvil, prácticas deportivas o caídas, donde los tendones, ligamentos o músculos se pueden lesionar y dar lugar al dolor lumbar.
- Estenosis espinal: estrechamiento de la columna vertebral presionando sobre la médula espinal y los nervios. Esta puede desarrollarse hasta una debilidad en piernas y posterior pérdida sensorial.
- Irregularidades esqueléticas: aquí entra la escoliosis, que es una concavidad de la columna vertebral que causa dolor una vez llega la adultez media. Lordosis que es una curvatura anormal en la zona lumbar, etc.
Las infecciones que incluyan las vértebras (osteomielitis), los discos intervertebrales (discitis) o articulaciones sacroilíacas, entre otros; tumores que comienzan en la espalda; aneurismas aórticos abdominales (vaso sanguíneo que suministra sangre al abdomen, pelvis y piernas, y se aumenta de manera extraña); y los cálculos renales que acusan un dolor agudo en la espalda baja, enfermedades inflamatorias de las articulaciones, osteoporosis, endometriosis y fibromialgia, son alteraciones subyacentes graves que se pueden relacionar o provocar dolor lumbar, por eso, ante cualquier molestia persistente, lo recomendable es consultar con un profesional de la salud.
Dolor lumbar y los factores de riesgo para padecerlo:
Los siguientes incrementan la probabilidad de sufrir dolor lumbar: edad (entre los 30 y 50 años), que se vincula con el estado físico; el aumento de peso; factores genéticos (espondilitis anquilosante – artritis que compromete las articulaciones de la columna); riesgos ocupacionales como levantar o empujar objetos pesados, trabajos de escritorio que aportan a una postura incorrecta; entre otros.
Ahora bien, ¿cómo determinar si es dolor lumbar? Con un examen físico y apoyo en la historia clínica, y solución a preguntas como intensidad, frecuencia, incidentes previos, síntomas, etc., adicionalmente las pruebas neurológicas (pruebas por imágenes) que se realizan para descartar alguna enfermedad distinta que afecta la zona lumbar.
Luego de ser diagnosticado el dolor lumbar, el tratamiento dependerá de si el dolor es crónico o agudo: almohadillas calientes o frías, actividad previamente sugerida por el especialista, medicamentos (analgésicos, antiinflamatorios no esteroides, etc.), acupuntura y más. La cirugía solo se recomienda en casos de pronóstico de deterioro de la lesión de nervios o cuando las pruebas refieren cambios físicos.
¿Cómo prevenir el dolor lumbar?
Evita una postura incorrecta, movimientos bruscos o repetitivos, levantar objetos demasiado pesados, uso de equipos poco ergonómicos, pues son los principales causantes de este dolor, así que evalúa estos aspectos y mejora en los que consideres que es necesario.
Si trabajas sentado durante tiempo prolongado, no dejes de lado las pausas activas, estiramientos, postura adecuada; también procura conservar una buena postura durante la noche o en los momentos que descansas, sobre una superficie firme, en posición fetal (con rodillas recogidas) ayudando a abrir las articulaciones de la columna vertebral; cuida tu alimentación para evitar el sobrepeso, entre otros.
Con Salud en Camino tienes la posibilidad de evaluar y prevenir el dolor lumbar gracias a nuestro servicio de salud con enfoque en distintas especialidades, cada profesional evaluará desde su ocupación y en conjunto establecerán actividades o acciones a desarrollar para mejorar y preservar tu salud, contáctanos a través de nuestra mesa de ayuda.
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Fuente: https://espanol.ninds.nih.gov/trastornos/dolor_lumbar.htm